La guerra comercial que comenzó con la introducción de los aranceles de EE.UU. a las importaciones de acero y aluminio se ha profundizado a lo largo de las últimas semanas, cuando otros países han empezado a responder adoptando medidas similares o prometiendo endurecer las restricciones ya existentes.
En marzo, EE.UU. impuso aranceles del 25 % al acero y del 10 % al aluminio importado desde China y varios otros países, incluidos Rusia, India, Japón y Turquía. A finales de mayo, la medida se extendió a la Unión Europea, Canadá y México, que al principio estaban exentos.
Además de esto, la semana pasada, Donald Trump aprobó la imposición de aranceles del 25 % contra productos tecnológicos procedentes desde China por valor de 50.000 millones de dólares. Aparte de estas tarifas, a las que China ya respondió adoptando un arancel del 25 % sobre 659 productos estadounidenses, Trump amenazó con imponer nuevos gravámenes contra importaciones desde el país asiático por 200.000 millones de dólares. Este jueves, Pekín ha anunciado que está completamente preparada para responder con instrumentos "cuantitativos" y "cualitativos" si Washington aprueba nuevas tarifas.
No será la única reación, la India planea introducir aranceles en un total de 30 productos de procedencia estadounidense por valor de 240 millones de dólares. Los medios locales informanque esta medida entrará en vigor a partir del 4 de agosto.
Siguiendo el ejemplo, Turquía prevé imponer tarifas por valor de 267 millones de dólares a productos del país norteamericano.
A su vez, la Comisión Europea aprobó este miércoles una regulación para implementar medidas contra una lista de productos por un valor de 2.800 millones de euros (unos 3.240 millones de dólares).
Rusia también se ha visto obligada a responder a los aranceles estadounidenses. El ministro de Economía, Maxim Oreshkin, ha anunciado esta semana que Moscú va a introducir "medidas compensativas" en respuesta a los pasos proteccionistas dados por Washington. Aunque el ministro no ha proporcionado más detalles, el mes pasado el país notificó a la OMC (Organización Mundial del Comercio) sobre posibles medidas de respuesta contra los productos estadounidenses con un valor estimado de 537,6 millones de dólares, lo cual equivale a las pérdidas a la economía rusa causadas por las medidas estadounidenses.
El mes pasado, el Ministerio de Exteriores de Japón también informó a la OMC de que podía imponer tarifas contra los productos estadounidenses por un valor de 451 millones de dólares.
Finalmente, los vecinos de EE.UU., Canadá y México también han impuesto aranceles de respuesta contra productos estadounidenses en medio de acusaciones de proteccionismo contra Washington.
Canadá prometió gravar las importaciones de varios productos, desde acero laminado hasta naipes y rotuladores, desde el 1 de julio. México, a su vez, impuso aranceles a varios alimentos, como la carne de cerdo, manzanas y algunos tipos de queso, así como sobre productos de acero.
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